¿Por qué este libro? 

Reconozco que todas sufrimos y que muchas veces nos sentimos solas porque, en efecto, hay mucha soledad en los hoyos negros de la tristeza, la ansiedad y la depresión; ni que decir de los abismos del duelo, más aún si se trata de un hijo porque no es lo común… También sé que continuamente nos comparamos porque andamos viendo quién sufre más para yo sentirme “menos peor” o quién sufre menos para darme baños de autovictimización, pero no se trata de eso.

Mi invitación es a que nos apropiemos de nuestra experiencia y digamos: “OK, esto me pasó, ¿qué voy a hacer?”. No importa la circunstancia ni el dolor, es más bien, ¿qué hacemos con eso?, ¿cómo lo transformamos?, ¿qué hacemos con este capítulo de nuestra historia para que no defina nuestro final? ¡Y SIN JUICIO! Yo sé que es un reto, pero lo que quiero que hagamos juntos en este libro es abrir la conversación sobre lo que nos pasa para hacernos responsables y transformarlo en gasolina, no en veneno.

 ¿Qué dices, aceptas el reto?